Recién pasado mi 50 cumpleaños es casi inevitable no echar la vista atrás y recordar tiempos pasados. Es imposible no darse cuenta de que el mundo de mi juventud y el mundo actual son ¡completamente diferentes! ¿Cómo es posible un cambio tan drástico en solo 3 o 4 décadas? En la famosa película "Blade Runner" estrenada en 1982 aparecían ciudades futuristas con hologramas tridimensionales, computadoras avanzadas, dispositivos de comunicación portátiles, vehículos autónomos, robots casi humanos, dispositivos que se manejan con la mente...
¡ Un momento, si todo eso ya existe en la actualidad !
Recuerdo que cuando veía esas películas de ciencia ficción me preguntaba si algún día llegaría a ver esos adelantos tecnológicos tan increíbles. Ya conozco la respuesta, sin duda el mundo actual está repleto de dispositivos tecnológicos asombrosos.
Sin embargo, la sensación general no parece ser la de un mundo fantástico y mejorado sino todo lo contrario. En términos generales, ¿Es mejor nuestro mundo actual que el anterior? En este artículo trataré de dar mi opinión personal a esta pregunta.
Diferencias generales entre el mundo actual y el pasado
Cualquier persona de más de 35 o 40 años que haya pasado su infancia o juventud en un mundo "no tecnológico" sabrá apreciar perfectamente la impresionante diferencia entre ese mundo pasado y el actual. Solo con revisar alguna de las imágenes de las ciudades de los 80 o los 90 se aprecia claramente la diferencia entre ambos "mundos":
en aquella época había colillas y suciedad en los bares y edificios, se bebía y se fumaba
de forma casi generalizada, los profesores pegaban a los alumnos y en verano se sudaba la "gota gorda" en el interior de los coches y las casas. No había móviles ni acceso a la información.
Tampoco hace falta bucear mucho en la historia o en la hemeroteca para darse cuenta de que en una abrumadora mayoría de aspectos nuestro mundo actual es mucho mejor que el de hace 4 décadas. La lista de mejoras es abrumadora: mejoras económicas, sanitarias, educativas, sociales, tecnológicas, mejoras en infraestructuras, en justicia y seguridad ciudadana... Sin embargo, la impresión general de la población no parece ser de entusiasmo y felicidad: el sentimiento general parece ser el de un mundo triste y deprimente lleno de acontecimientos terribles: guerras, amenazas nucleares, pandemias, asesinatos, agresiones sexuales, cambios ambientales apocalípticos, empresas tecnológicas que nos controlan... (1)
¿Qué está pasando aquí? ¿Por que tendemos a pensar que vivimos en un mundo peor que el de antes? ¿Por que existe esa tendencia generalizada a pensar que vivimos en mundo horrible? En mi opinión hay al menos dos causas principales que pueden jugar un papel en esta visión negativa del mundo: los medios de comunicación y el sobreexceso de información y el cambio de hábitos sociales que producen un cambio drástico en los estímulos externos que recibimos.
Los medios de comunicación actuales
En apenas tres décadas hemos pasado de no tener casi información a tener un tremendo exceso de ella: las redes sociales se crearon con el fin de aumentar los contactos entre las personas por lo que cualquier tema que genere polémica y discusión es bienvenido aunque haya que tergiversar o directamente inventarse la información. Las "fake news" suponen ya un porcentaje importante de toda la información y con el advenimiento de la inteligencia artificial se prevé que aumenten todavía más. Todo el mundo opina sobre todo, todo el mundo quiere informar sobre todo, todo el mundo quiere formar parte del mundo de las redes sociales. ¿Cual puede ser el impacto psicológico de este abrumador exceso de información?
Es evidente que la proliferación de las redes sociales tiene un lado oscuro: estas son utilizadas para manipular la opinión de la población. Ciertos grupos sociales, organizaciones políticas, grupos sectarios, poderes económicos, etc utilizan las redes sociales para crear "trendic topic" que resalten aquello que les interesa y oculten aquello que no les viene bien. La manipulación en redes sociales puede desembocar
en manifestaciones masivas, disturbios e incluso cambios en los gobiernos. Paradójicamente una herramienta creada en teoría para promover la libertad de pensamiento y la democracia puede desembocar en una máquina de generar odio, sectarismo y dictaduras morales.
Por otro lado, los medios de comunicación generales se han convertido prácticamente en noticiarios de sucesos escabrosos: asesinatos, violaciones, accidentes, peleas... todo vale para tratar de aumentar la audiencia. Las noticias sobre sucesos positivos no impactan mucho a la gente, las noticias sobre muerte y destrucción si lo hacen.
¿Cuál puede ser el impacto psicológico de todo esto?
La generación Z
Hay indicios que parecen indicar que los gustos, las preferencias o las metas de las personas varían de una época a otra siguiendo una especie de "modas". El perfil de moda es el perfil "bueno" y es el más aceptado por la sociedad mientras que el que no cumple los "requisitos sociales imperantes" pasa a ser el perfil "malo". En los últimos años está poniéndose de moda el perfil de una persona ultrasensible, abstemia, ecologista, animalista, vegetariana, hiper-tolerante, activista, con cierta "ambigüedad sexual", rasgos autistas e hiperconectada a las nuevas tecnologías. Este perfil "bueno" choca con el perfil "malo" de una persona un poco insensible y ruda, con alta testosterona, con arranques ocasionales de ira, consumidora ocasional de alcohol o tabaco, con gusto por las películas violentas, no muy concienciada con el cuidado del medio ambiente, carnívora y con el objetivo vital de impresionar y seducir al sexo opuesto. En este artículo no vamos a decantarnos por uno u otro perfil y no juzgaremos a nadie, sin embargo, parece lógico pensar que entre ambos extremos debería existir un perfil intermedio que no sea tan perfecto e idealizado como el perfil "bueno" ni tan imperfecto o "pasado de moda" como el perfil "malo". Como casi siempre sucede, la realidad no es blanca ni negra sino que está en algún punto intermedio de la "zona de grises".
El perfil "bueno" es mayoritario entre los más jóvenes mientras que el perfil "malo"
parece más extendido entre los mayores. Esto parece indicar que el entorno y las conductas sociales modelan estas modas. Se suele denominar generación Z a aquellas personas que han nacido aproximadamente a partir del año 2000. Ciertos estudios apuntan a que en un alto porcentaje de estas personas predominan los siguientes rasgos: dominio de la tecnología, autodidactas, sobreexposición al exceso de información y a las redes sociales, tolerancia, creatividad, poca tendencia al riesgo, poca tendencia a salir de fiesta, al tabaco y al alcohol, poca agresividad, altos niveles de ansiedad y menor deseo sexual. Muchos de estos rasgos son positivos pero otros son altamente preocupantes. Entre estos últimos destacan el aumento de la ansiedad y la caída de la actividad sexual lo que deriva en una preocupante caída de la natalidad.
Además, en los últimos años, ciertos estudios y encuestas sociológicas están apuntando a algo que puede significar un problema muy grave: algo en el entorno está influyendo de forma drástica en nuestra forma de comportarnos y quizá incluso en nuestra biología. Una de las consecuencias parece ser una caída de la testosterona en los hombres modernos (2). Este hecho puede tener consecuencias de salud muy graves: aumento de la ansiedad, problemas para concebir el sueño, perdida de masa muscular, enfermedades mentales y problemas de fertilidad. La gran pregunta es: de confirmarse esta tendencia ¿Qué factor externo puede ser el causante de este grave problema?
Hay varias hipótesis, a continuación expondré la que, en mi opinión, considero más convincente.
Ausencia de estímulos externos y ausencia de la necesidad de contacto directo
En la isla de Rhum cerca de la costa de Gran Bretaña conviven varias especies de ciervos. Los ciervos machos se comportan de forma pacífica durante la mayor parte del año pero a finales del verano, con la llegada del otoño algo "extraño" sucede: los machos comienzan a comportarse de forma totalmente diferente, comienzan a bramar de forma salvaje, sus cuernos se tornan rígidos y con puntas amenazantes y comienzan a intimidarse y a pelearse entre ellos: sus niveles de testosterona se han disparado. Evidentemente esto se produce porque la temporada de celo se acerca: las hembras solo son fértiles en esta época y solo los machos mejor dispuestos podrán aparearse.
La idea clave es la siguiente: estímulos externos como la disponibilidad de hembras en celo, la existencia de amenazas o la necesidad de defender el territorio disparan la producción de testosterona en los machos.
En nuestra cultura actual, existe una tendencia denominada "ideología de genero" que defiende la idea de que los chicos se comportan de forma diferente a las chicas debido a la diferente educación y los diferentes estímulos recibidos. Si bien es cierto que, como hemos explicado, ciertos estímulos externos pueden producir un aumento o una disminución de la producción de testosterona, esta hormona es producida fundamentalmente en los testículos y por tanto está biológicamente ligada al genero masculino (3). Además, está científicamente demostrado que la testosterona induce cambios en el cerebro masculino y provoca los cambios de comportamiento y los atributos físicos típicamente masculinos por lo que es muy importante para la salud general que los niveles de esta hormona se encuentren dentro de unos valores adecuados.
Por ejemplo, se sabe que los niveles de testosterona de los hombres casados es algo inferior a los de los solteros. El hecho de haber conseguido una estabilidad sexual y emocional hace innecesario una continua "competición" o un "despliegue" de habilidades masculinas para "impresionar" a las mujeres. Por otro lado, el cuidado de los hijos es mucho mejor con bajos niveles de agresividad. Esto indica que existe un mecanismo biológico para aumentar los niveles de testosterona cuando hay que arriesgarse y salir a un medio "hostil" para buscar pareja, alimento, cobijo o simplemente para relacionarse con los demás. En el mundo actual de las sociedades modernas no parece existir casi ningún estímulo externo que favorezca un aumento de la hormona masculina: ya no hace falta salir de casa para obtener dinero, ni pareja, ni amistad ni siquiera comida. No hace falta enfrentarse a nada ni nadie para conseguir pareja o respeto, no existe casi ningún riesgo al que enfrentarse. No hace falta estar cara cara con alguien para dialogar o discutir sobre algo. Los riesgos para la integridad física casi no existen (ni comparación con la cantidad de patadas, golpes o forcejeos que existían en los juegos infantiles de los años 90). Las conclusiones de esto parecen ir en contra del sentido común: paradójicamente aunque la mayoría de estos cambios son positivos ciertas consecuencias pueden ser muy negativas.
Conclusiones
A pesar de aquellos que piensan que "cualquier época pasada fue mejor" (y aunque a veces es inevitable sentir cierta nostalgia) no hay duda de que el mundo actual es, en general, mucho mejor que el mundo pasado. Sin embargo, el cambio radical en los estímulos externos parece estar influyendo directamente en nuestra biología. Aunque la evolución genética de generación en generación es muy lenta, los estímulos externos afectan directamente al sistema endocrino capaz de inducir cambios en nuestro cerebro, esto explicaría los cambios de comportamiento detectados en las nuevas generaciones.
La importante caída en la calidad de los espermatozoides podría poner en peligro la supervivencia de la humanidad. Por supuesto, estudiar las causas de este fenómeno debe de ser una prioridad y la ciencia debería estudiar estos hechos de forma libre y sin manipulaciones sociales o ideológicas (algo que parece casi imposible en nuestra sociedad actual) e informar a los políticos y autoridades del resultado de sus estudios y de las actuaciones recomendadas. Quizás una de las soluciones podría ir encaminada a promover una vida más social con más contacto físico.
La ciencia puede y debe continuar ayudando a crear un mundo mejor y tratar de solucionar muchos de los problemas globales de la humanidad (a pesar de que no reciba por parte de esta ninguna gratitud ni comprensión). La pregunta es:
¿Está la sociedad dispuesta a escuchar y entender las conclusiones de los científicos?
Notas:
(1) Por supuesto los jóvenes no han conocido el mundo anterior "no tecnológico" por lo que no pueden hacer comparaciones. Aun así, como se dice en el artículo el sentimiento generalizado no parece ser muy positivo aunque por supuesto esto es una opinión subjetiva.
(2) Aún es pronto para sacar conclusiones definitivas de estos estudios. Futuros trabajos deberán confirmar o refutar estas tendencias.
(3) Aunque las mujeres también poseen ciertos niveles de testosterona estos valores se consideran estadísticamente muy inferiores a los niveles masculinos.
Fuentes:
Ipsos Thinks: The lives and choices of Generation Z , Testosterona, Carole Hooven 2021
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